Las virtudes gastronómicas de esta masía de Polinyà son conocidas por muchas personas, pero lo que no todo el mundo conoce es la enorme carga de historia familiar que se encierra entre sus paredes. "Can Coll" es una formidable masía catalana, ubicada en el mismo centro de Polinyà, que ha pertenecido a la misma familia Coll durante siglos. Los descendientes de los Coll, aunque perdieron este apellido paterno en una de las generaciones, son los Solà.
Fue Hidelfonso Solà, quien convirtió la casa en restaurante hace cuarenta años. Comer rodeados de la historia más cercana, aquella que no sale en los libros es un verdadero placer. En el museo de Polinyà se guardan contratos de aguas entre Can Coll y lo que se denominaba Mas Pujol, lo que hoy en día es Mollet, escritos en Sanscrito; y la puerta de entrada de madera maciza que aún funciona está ahí desde 1789.
La gastronomía que podemos degustar no es de mercado, sino de "huerto". Pocos restaurantes pueden ofrecer a sus comensales los productos que ellos mismos cultivan en sus tierras. En esta masía se pueden comer las verduras de temporada más naturales y frescas, destacando, entre otras, las mejores "mongetes del Ganxet". Su carta es sencilla y sugerente, con los platos que se buscan en una masía. Cuando llega la temporada de los Calçots es obligado probar un manojo recién recolectado, limpio y a la brasa, que junto con la salsa adecuada hecha por el cocinero es un festín.