Quien más y quien menos ha podido disfrutar de algún banquete en los salones del restaurante, y habrá constatado la profesionalidad y elegancia de su servicio. No es para menos, si tenemos en cuenta que el propietario de la masía, que la adquirió en el 1983, lleva toda la vida dedicado a la hostelería. Ideal tanto para banquetes como restaurante ocasional.
Brinda una cocina tradicional y de mercado, con el toque personal del chef. Disfrutaremos de unas guarniciones deliciosas, ya que por ejemplo, las "mongetes del ganxet" y las alcachofas, son de cosecha propia. Entrantes fríos y calientes como el pastel de cebolla y hojaldre; brasería como los pies de cerdo; bacalaos o pescado como la cazoleta de rape con gambas al estilo de Palafrugell, son sólo unos ejemplos de las recomendables recetas que nos ofrece este pequeí±o paraíso lleno de historia.