Con una decoración que recuerda a la obra de Gaudí por el «trencadís» que se ha utilizado en sus paredes, este restaurante abierto en agosto del 2016 es fruto de un sueño. Así lo cuenta Francesc Monserrate, que de ser chófer de autocar, ha pasado a ser propietario de su propio restaurante, que era uno de sus anhelos. «Cuando ví el local, especialmente la planta baja, decidí que era para mí», cuenta este hostelero que primero de todo es un buen gourmet.
Para comer ofrece tapas de gran elaboración como el atún que ellos mismos preparan en escabeche, los raviolis de mango o el tataky con chutney. Junto a esta propuesta más informal también propone platos como parpaccio de pies de cerdo, carrilleras con Idiazábal y chutney de piña, y una buena selección de carnes a la brasa como el entrecote de 300 gramos, o el tournedó Rossini con foie y oporto.
También encontramos platos de pescado como un llamativo tricolor de rape que se acompaña de patata blanca, morada y boniato.
Los postres son caseros y de entre sus cremas, tartas y tiramisú en tarro… destaca por méritos propios el Pijama, un prostre «viejuno» que está compuesto por flan, fruta en almívar, nata… Los más veteranos sentirán nostalgia.
Los jueves por la noche levanta el telón «en sentido figurado», en la planta baja, con actuaciones de música, magia, monólogos, teatro, cuentos para adultos… El precio de la entrada es a taquilla inversa, lo que quiere decir que no se cobra entrada y al final del espectáculo se debe pagar una cantidad que se considere justa por lo que nos han ofrecido.
De 11 a 16h y de 20 a 23h. De lunes a jueves.
Los viernes y sábados la cocina funciona hasta las 24 horas.
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