Posted by juan
Tuve oportunidad hace unos días de probar la cocina del restaurante Gotim, nuestro colaborador en el sorteo de una cena para dos personas que ganará uno de vosotros, junto con la noche en el hotel Urpí. Me sorprendió mucho encontrar este establecimiento en una zona tan poco concurrida del centro de la ciudad, pero con un nutrido número de clientes. Y eso que fue un mediodía de martes. Llenó casi por completo los dos salones.
La experiencia fue en general muy positiva; tienes la sensación de encontrarte en un buen restaurante con un precio de carta y de menú muy acertado en relación calidad y precio: 12,50 euros.
Yo fui a probar la paella de Joan Rey, chef y responsable del negocio junto a su esposa Virgina. Pero primero me presentaron unas recetas que incluyen dentro del menú-degustación que cuesta 18 euros y que merece la pena probar. El primer plato incluía por un lado ensalada de pan de gamba, variado de lechugas, gamba, tomate cortado a daditos y guacamole. El crujiente del pan de gamba que ponen al fondo del plato le da un toque crujiente muy agradable; y el guacamole no empalaga porque lo hacen muy suave. Al lado había una versión de autor del pulpo a la gallega aunque como diría Ferran Adrià «deconstruido»: una pieza de pulpo, sobre puré de patata, cubierto de un suavísimo all-i-oli al pimentón. Curioso cuando menos. Y finalmente una genial alcachofa confitada por el propio Joan, con buen aceite de oliva y pimienta en grano. Todo muy rico, pero la alcachofa me pareció deliciosa.
Siguió un surtido de fritos servidos en pizarra negra. Me encanta este tipo de recipientes para servir platos de creación. Había una gamba con «gabardina» de tempura, y dos croquetas: de ceps y de jamón.
La Paella
Y finalmente llegó la paella individual en la que destacaban los frutos del mar: la gamba de gran calibre, las almejas y la vieira. Es una paella tradicional de marisco elaborada con arroz bomba y que se prepara al momento, por lo que conviene pedirla al principio. El toque de horno le da un aspecto genial. Esta rica, pero recomiendo que se deje reposar un poco más en la paella porque todavía gana en sabor. Y lo mejor es que se puede comer a la carta ya sea de día como de noche, ademas del menú de los jueves.
El postre estuvo al mismo alto nivel que el resto de la comida. Hubo un surtido de lo más goloso: helado de yogur con crujiente de pasta filo y semillas; tarta de queso, y un apoteósico pastel de chocolate ¡Sin harina! que han llamado «Delirio de chocolate» y que hace justicia a su nombre. Coronado con una fresa: Un pecado benial. Os lo recomiendo.
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