Posted by Juan Reyes
Esta semana he recuperado uno de los que era uno de mis restaurantes preferidos de hace años, Can Punyetes que abrió sus puertas en La Rambla en el 1997. Para poder escribir sobre su cocina he podido disfrutar de un pequeño banquete que me supo a gloria. Mi anfitrión, Carlos Ricou, es uno de los tres amigos que en el 1981 decidieron embarcarse en este proyecto que llamaron Can Punyetes. No es una franquicia, pero ya cuentan con restaurantes en Barcelona, Sabadell, Sort y Madrid.
Me encanta la filosofía de servicio y atención al cliente que siguen en este establecimiento. Me gusta mucho esa decoración entre rústica y modernista que te transporta a otro lugar y a otro tiempo. Y sobre todo me gustan sus jugosas carnes a la brasa de carbón.
Menú
Mi menú consistió en un pica-pica de entrada que incluía dados de un cremoso queso manchego, fuet del Pallars Lluçà, escalivada con anchoas del Cantábrico y un platillo de buen jamón. Antes de todo esto el camarero me sirvió un vermout en botellín, con olivas y un sifón de los de antes. Un detallazo que tienen con los clientes desde que abrieron sus puertas.
Tras estos preliminares me devoré un entrecot de ternera sin hueso que doy fe que hace años no he probado tan rico y tierno. Y después un plato de butifarras variadas: negra, de perol y catalana de sabor y texturas naturales. El pan para todo esto es de Carreras Forn de Pa, un detalle de calidad que ejemplifica la preocupación por hacer las cosas bien en esta casa.
Para los amantes de los caracoles, tienen mucha fama en Can Punyetes los caracoles a la «llauna» que cocina vivos.
Para rematar vino una tarta de castañas «marca de la casa» junto con dos trufas artesanas. Todo esto regadito con un chupito de ratafía.
Os lo recomiendo. Ahora además, los fines de semana y festivos la cocina abre desde las 13 hasta las 23 horas sin interrupción.