Después de unos años convertido en buffet libre (popularmente conocidos como «woks»), el decano restaurante Chino Feliz que abrió sus puertas en el 1991, regresa a sus orígenes. Y lo ha hecho en el tiempo récord de menos de un mes, cosa que ha pillado por sorpresa a su clientela.

La transformación estética es más que sobresaliente. Ahora un enorme estanque con peces de colores es el centro de atención. El soniquete del agua de las cascadas crea un ambiente de lo más fresco y natural.

Más espacio

Se ha abierto el espacio y reducido el aforo para que el comensal se sienta más cómodo; y han colocado grandes mesas redondas con una plataforma giratoria para poder picar de todos los platos.

Hacía tiempo que Yi Bing Xu tenía ganas de dar un giro de 180 grados a su negocio ya que como restaurador, es más partidario del concepto restaurante clásico, con atención personalizada al cliente, con una mejor selección de recetas y una mayor calidad en el producto. Aunque siguiendo siempre la misma filosofía de precios muy económicos para seducir a un púbico mayor.

Cocina tradicional china

El cambio trae consigo otro más sustancioso ya que Yi Bing quiere introducir paulatinamente recetas tradicionales chinas genuinas. En esta línea encontramos la ensalada de mar con algas y medusa, el arroz negro chino (conocido en la antigua China como el arroz prohibido pues estaba reservado par los nobles) y que preparan envuelto en hoja de banana, el curry verde o la salsa Shichuan.

Pero siguen sirviendo un apetecible pato Pekin que preparan en la mesa, pollo con almendras y toda la gran variedad de recetas que estamos más acostumbrados.