Can Mauri es una masía situada enmedio de un paisaje natural reconfortante. Sus salones destilan un ambiente conventual, con sus paredes de piedra, sus puertas en arco de medio punto y con una agradable iluminación de luz solar.
La casa tiene una historia de más de quinientos años, y quizá por eso destila una gratificante tranquilidad que acompaña estupendamente al placer de comer.
En lo gastronómico hay que reconocerle la voluntad de evitar reducir su carta a los típicos platos de masía. La dirección ha apostado desde sus inicios por arriesgar con recetas más elaboradas cuya base fundamental es el producto fresco, en muchas ocasiones producido en las tierras de la masía. En este sentido destacan las verduras de la huerta, el cochinillo y ternera de crianza propia.
La Temporada
Su carta se va nutriendo con los productos de temporada; ahora es el momento de recetas como la sopa de trompetas de la muerte con huevo escalfado; cabrito a las hierbas provenzales con setas; civet de jabalí, o el lomo de ciervo con puré de castañas.
Las alegrías para el gourmet continúan con nuevas recetas que conquistan por el nombre: milhojas de foie con manzana, carpaccio de lomo ibérico con queso parmesano reggiano, empedrado de judías del «ganxet» con bacalao en aceite de oliva…Etc.
Los pescados también son un producto muy mimado en este restaurante. Ahora podemos degustar un atadillo de merluza y verduritas en pasta brie o decantarnos por el lomo de atún fresco sobre cebolla caramelizada al Pedro Ximénez.
Destacar finalmente sus veladas musicales (viernes y sábados) y su sugerente y bien cuidada bodega con grandes vinos escogidos.
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