Posted by Juan Reyes
El tortell o roscón es un dulce típico de la repostería de Catalunya que tiene forma de corona o círculo, pero el roscón del día de Reyes ocupa un lugar de privilegio dentro de la leyenda culinaria catalana. A lo largo del año hay muchos días señalados en el sector de la pastelería pero el 6 de Enero se ha convertido en el de mayor relevancia por conservar todavía el carácter familiar de la celebración.
El roscón en principio no acepta ningún tipo de variaciones dentro del gran abanico de opciones que ya se elaboran, aunque el maestro pastelero Isaac Partera de Sant Marc presenta este año una novedad que consiste en roscón de Nutella. El más clásico es el de mazapán con fruta confitada y piñones, pero también son muy buenos y tradicionales los de brioche y hojaldre que pueden ir rellenos de nata, trufa y crema.
Además de ser un postre riquísimo para compartir en familia, el roscón incluye la diversión de esconder una haba seca y una figurilla de un rey. El que encuentra el haba en princpio paga el pastel, y el que consigue el rey se hace con la corona de cartón y es nombrado rey.
Origen
Históricamente, según se explica en el «Costumari català» quien encontraba el haba era «calificado como Rey de la Haba y era quien iba a la función de la iglesia en representación de la familia y adoraba al Niño de Belén. Durante la comida, cada vez que el rey bebía todos en la mesa tenían que levantar y gritar: ¡el rey bebe, el rey bebe!».
Según parece el origen de este roscón nos llega desde la época de los romanos, quienes elaboraban unas tortas redondas a las que se añadía higos, dátiles y miel, y se repartían entre los plebeyos y esclavos. En su interior se introducía una haba seca, símbolo de buena suerte y amuleto contra las desgracias, y el afortunado era nombrado rey de reyes durante un corto periodo de tiempo.
En las fotos se ve el trabajo de la pastelería La Palma de Sabadell.