En medio de un hermoso paraje, rodeado de prados que cambian de color con el paso de las estaciones, funciona desde el año 1988 esta masía de estilo tradicional Concretamente abrió sus puertas el día 24 de marzo, día de Sant Josep. Sus propietarios son Sisco y Rosa, un simpático matrimonio que atiende al público con una cortesía de lo más agradable.
La oferta de Can Cladelles es clásica de masía, esto es catalana y de mercado, con la carne y las verduras a la brasa como especialidad. A partir de 12 euros se puede disfrutar de un buen manjar. Costillas de cordero, butifarra, lomo, entrecote, judías del ganxet con tocino… Los postres también son tradicionales y caseros como el flan, crema catalana y «mel i mató» que elabora la Rosa.
Dispone de dos salones de paredes de piedra que pueden albergar hasta cien comensales, lo que le hace ideal para toda clase de celebraciones.
Los niños se lo pasarán especialmente bien con los animales de granja que tienen en la masía.