El lugar donde se encuentra este restaurante no es precisamente un sitio de paso. Los numerosos clientes que se acercan a este rincón de Castellar del Vallès saben bien que saldrán satisfechos. «Comerás bien», es la frase con la que te recomiendan la visita a «Cal Petasques». Y así es realmente.

Este restaurante se montó hace unos años en un antiguo caserón que fue restaurando por el que ahora es su propietario, Juan Hervás. La fachada de piedra evidencia los años que tiene la casa que data del 1610. En su interior, paredes y techos están sembrados con infinidad de cachivaches y antigüedades de toda índole.
Desde aperos de labranza, platos, utensilios de cocina, bastones de madera, platos adornados, botes de cristal y relojes de todo tipo y tamaño convierten a «Cal Petasques» en un establecimiento cargado de curiosidades en cada esquina.
Su cocina se fundamenta en recetas de la gastronomía más tradicional, con la carne a la brasa y las verduras en distintas preparaciones como especialidades más solicitadas.
Gastronomía
Siguiendo con la convicción de que lo clásico tiene un encanto especial, en la cocina mantienen la misma filosofía. De ahí que hayan rescatado recetas históricas como la «tatina» de Castellar y que consiste en una antigua preparación de verduras escalivadas muy solicitada por los clientes.
Aunque la carne a la brasa es sin duda el fuerte de esta casa. Con el calor del carbón de encina Juan prepara desde una genuina butifarra de payés a un secreto de ibérico que cada semana le traen fresco de Salamanca.
En su carta existe un apartado de pescado fresco en el que se incluyen recetas como bacalao  en sanfaina, dorada a la brasa, gambas, pulpo a feira, lenguado al horno, etcétera.

Menú diario:

La paella que se come los jueves es de mariscos y los viernes hay fideuá. Otros días podemos encontrar por muy buen precio, corazones de alcachofas salteados con jamón, butifarra a la brasa, pollo rustido… El vino que ponen de la casa es priorato dulce y resulta muy apropiado.